Domótica.

Un sistema domótico se sirve de una red WiFi para comunicar interactivamente entre sí los dispositivos que lo componen, además de para conectarse con el usuario. Algunos ejemplos de dispositivos inteligentes que pueden gestionarse y programarse mediante domótica son:

Puntos de luz


Sistemas de luz centralizados o enchufes y bombillas inteligentes que pueden encenderse y apagarse con una orden de voz o autorregularse en función de la presencia del usuario, de la hora del día, de la luz solar.

Electrodomésticos


Programar el uso de electrodomésticos en función de las horas de menor coste eléctrico, como la lavadora, el lavaplatos, etc. puede suponer un considerable ahorro energético.

Equipos de climatización y ventilación


Los sistemas de regulación y control en remoto tanto de calderas como de aire acondicionado y ventilación nos permiten ajustar al máximo el consumo energético en base a las rutinas diarias del usuario.

Persianas y toldos


La gestión inteligente de los sistemas de protección solar permiten aprovechar al máximo la luz y el calor solar o, por el contrario, aislar la vivienda en las horas más calurosas del verano.

Ventanas y puertas


Detectores y sensores que nos notifican de la apertura de puertas y ventanas.

Sistemas de riego inteligentes


Detecta la humedad del suelo y se enciende el riego si es necesario.

Sensores de seguridad


Detectores de prensencia, detectores de humos, fugas de gas o inundaciones de agua, los sensores nos notifican una alarma de seguridad directamente en nuestro smartphone.